
El comunicador social en esta década: de la difusión a la estrategia
Mi motivación para elegir la carrera de Comunicación Social fue el deseo de ser periodista. Sin embargo, mi camino tomó otro rumbo: hice mi tesis en comunicación para el desarrollo y, desde mi primer trabajo, me dediqué a la comunicación organizacional.
Soy una comunicadora que no disfruta editar videos ni audios, mucho menos hacer diseño gráfico. En mis primeros años de trabajo, cuando el rol del comunicador en las organizaciones se valoraba principalmente por la creación de productos comunicacionales, me preguntaba: ¿Qué de la universidad realmente me preparó para desenvolverme en comunicación organizacional?
En mis años de estudio, mi carrera en la universidad aún se consolidaba y tenía una fuerte influencia de materias y docentes de administración, sociología, psicología y metodologías de la investigación. Las asignaturas de comunicación eran más complementarias que troncales. Aunque en su momento parecía una mezcla de disciplinas, hoy reconozco que esas bases me dieron algo invaluable: la capacidad de analizar, planificar y conectar la comunicación con la estrategia organizacional, además de un elemento clave: el chip de la curiosidad. Competencias esenciales, incluso hoy, en tiempos de inteligencia artificial y avances tecnológicos.
Siempre he creído que la teoría y la práctica van de la mano, y tengo claro que el mapa no es el territorio. Esa visión me llevó a formarme en comunicación organizacional y a desarrollar una profunda pasión por este campo. Con los años, entendí que la comunicación no es solo una herramienta de difusión; es el eje que conecta a las personas con la organización y su propósito.
Mi experiencia laboral me ha permitido conocer y formarme en Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y, en los últimos años, en sostenibilidad, siempre desde un enfoque comunicacional y buscando territorializar la comunicación. Hoy, más que nunca, las empresas necesitan comunicadores que les aporten una visión estratégica.
En un mundo globalizado, las empresas que buscan el éxito a largo plazo comprenden que la comunicación debe estar integrada a su estrategia de negocio. Es en este punto donde se define el verdadero rol del comunicador y el valor estratégico de la comunicación, ya que trasciende la simple difusión de información, convirtiéndose en un elemento clave para la conexión y alineación de la organización.
💡 ¿Cómo ha evolucionado el rol del comunicador en los últimos años?
En los próximos artículos, compartiré más sobre esta transformación y el papel clave de la comunicación en las organizaciones. ¡Te invito a seguir la conversación!